¿Sabían que hay un museo en plena Gran Vía madrileña que guarda verdaderos tesoros? Se trata del Museo del Reloj Antiguo que se encuentra en la famosa joyería Grassy.
Llegar al centro de Madrid sin usar el transporte público no es fácil con las restricciones anticontaminación pero hay solución. Nuestros chauffeurs sí pueden entrar en la almendra central. La rapidez y la comodidad de nuestros vehículos hace que visitar lugares únicos, como el Museo de Grassy, sean experiencias inolvidables de principio a fin.
Este original museo abrió sus puertas en 1953 en el número de la Gran Vía. Una parte de sus relojes, proviene de la colección privada del coleccionista catalán Pérez de Olaguer-Feliu. La serie está formada, mayoritariamente, por piezas inglesas y francesas de los siglos XVIII y XIX. Una oportunidad única para ver las diferencias en las composiciones de relojes según el país de procedencia.
Fue Alexandre Grassy, apasionado del reloj antiguo, quien completó la colección con piezas que fue comprando poco o poco a lo largo de los años. La muestra es un verdadero recorrido por la historia sobre las tendencias y evolución de la relojería hasta mediados del siglo XIX. Es en este momento, cuando los relojes empiezan a producirse industrialmente.
Podrá encontrar relojes de bolsillo, con péndulo, de sobremesa y de cartel. Los hay con grandes corazas y ornamentación, pero también “relojes esqueleto”, sin adornos, que dejan ver su maquinaria desnuda.
Como piezas estrella destaca un reloj planetario firmado por Rango, que incorpora el movimiento de los elementos del sistema solar, un reloj de James Cox, famoso por sus autómatas e ingeniosos mecanismos, o el gran reloj de sobremesa chino.
¿Y después de esta visita? Un brunch o una buena comida en un restaurante de Madrid. ¡La mejor forma de degustar la gastronomía de la capital! Nuestros chauffeurs le llevarán a los mejores, pero de ellos hablaremos en otro post.
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